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  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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Podemos y las misas dominicales.

Podemos y las misas dominicales.

Después de algún tiempo de descanso desde la celebración de Vista Alegre II, no esperábamos menos de Pablo Iglesias y sus acólitos que una salida de pata de banco como la que han hecho esta semana solicitando la anulación de la retransmisión de la misa de los domingos. 

No hace falta ser católico ni siquiera católico practicante para entender que ésta no es una cuestión puntera ni mucho menos que pueda afectar al sentimiento de la mayoría de los españoles, que es lo que se supone tiene que hacer un buen parlamentario nacional. 

Hace bien pocos días ha salido a la luz la sentencia contra Artur Mas y compañía condenándoles a unos mínimos dos años de inhabilitación para ocupar cargos públicos por una desobediencia redomada a las órdenes del Tribunal Constitucional y ante ello, el diputado Iglesias salió a la palestra floreando y diciendo que una sentencia injusta como esa no debería surgir de los tribunales. Añadió que era absolutamente injusto condenar a alguien por sacar las urnas a la calle. Eso teniendo en cuenta que aquel mero hecho de haber sacado las urnas a la calle no era sino con toda la sana intención de haber montado un referendo para preguntarle a la ciudadanía si querían dejar de pertenecer a España. Vamos, vamos… La prohibición estaba clara y ya en ese momento el Tribunal Constitucional advirtió que esa puesta en escena de las urnas no era constitucional y como tal quedaba vedada al ámbito de un gobierno autonómico. 

Esa sí es una noticia importante y a la que debe darse trascendencia, el resto es marear la perdiz. Si el Sr. Iglesias pretende oscurecer una falta de atención que haya podido prestar a esta y otras parecidas sobre la base de sacar a la luz pública una especie de referendo sobre si la misa de los domingos es o no de interés público para ponerlo en la segunda cadena, lo que es evidente es que debe hacérselo mirar. 

Este intento de pretender que las luces mirasen hacia otro lado, no ha tenido el resultado proyectado y ha sido debidamente respondido en las redes sociales con más de dos millones de visitas, que han dejado clara la ineficacia y la ineficiencia de retirar dicha retransmisión que, le guste o no, lleva toda la vida saliendo los domingos por la mañana.

 Pablo tendrá que apuntar con más puntería si no quiere que estas cuestiones religiosas levanten en pie de guerra a personas poco combativas.