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  • Diario Digital | domingo, 28 de abril de 2024
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Pero, ¿de qué van?

Pero, ¿de qué van?

Uno de los juegos más usado por los niños, es aquel en que uno de pide a otro algo y éste le responde diciendo: pídeselo a otro y si no te lo da vuelves y me lo pides a mí. Así estamos.

Que la mejor opción de gobierno no es Rajoy, pues ya lo sabemos. Está tocado en su línea de flotación y aguanta como puede. No ha actuado con contundencia contra la corrupción, los mandos intermedios se le han ido de las manos y la crisis que, aunque fue responsabilidad española del PSOE, le ha afectado a él con más fuerza que al propio Zapatero.

Además, no cae bien. Esos pantalones de deporte que lleva y esa forma de correr a medio camino entre el paso del ganso y el macho man, moviendo el culo como los patos, hacen de él una persona, como mínimo, particular.

Hasta ahí todo cierto, pero nada puede hacer por arreglar el problema euclidiano de las sumas aritméticas. Ciento treinta y tres son ciento treinta y tres y si no se suman acuerdos, de poco vale que haya sido el partido más votado o que sea el que tiene mayoría de escaños en el congreso y senado.

Sánchez le repite a Rajoy que no es no. Que no se vota a su favor porque eso es pecado mortal. Que no se abstiene por qué hacerlo sería darle la oposición a Podemos. Entonces va y le dice a Rajoy que vaya y busque apoyos por ahí y que si no los encuentra, vuelva y le haga una propuesta. ¿Quién habrá enseñado a sumar a Sánchez? Hágalo ya. Pida por esa boca algo que Rajoy le pueda dar y déjese de monsergas que no hacen más que dilatar el cabreo de los españoles y aumentar la mala leche que le entra a cualquiera cuando oye eso de que si no se aprueba el techo de gasto o los Presupuestos Generales del Estado, Europa nos va a meter un gol de 6000 millones de euros. Los españoles no se merecen tal castigo

Lo de Rivera es más complejo. Le ha dicho a Rajoy que como máximo, sus treinta y cuatro diputados, se abstendrán. Que no aprueba sus propuestas. Que busque sus propios apoyos. Quizá Rivera pretenda la multiplicación de los panes y los peces y hacernos creer que ciento sesenta y siete son ciento setenta y seis. Lo más penoso es que leído con atención su programa, difiere con el del PP en la cuestión de la corrupción y poco más. Entonces que bobada es esa de que no estamos de acuerdo con un gobierno del PP cuando acordó en la legislatura anterior con un gobierno socialdemócrata que entre otras cosas pedía la especial relevancia para Cataluña. 

¿Pero de qué van?