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  • Diario Digital | domingo, 28 de abril de 2024
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El pacto de Ciudadanos

El pacto de Ciudadanos

Conozco infinidad de votantes de Ciudadanos. Gente respetable y sería que antes de pasar por esta posición ya habían probado casi de todo. Políticamente me refiero. Habían pasado por el PSOE de Felipe, por el PP de Aznar e incluso más anteriormente por la opción reformista de Roca.

Pero ahora, llevados por un afán de limpieza o un interés ínsito en que la política se higienice, han dado su apoyo a Ciudadanos. Han visto en ese partido claridad de ideas, correlación entre lealtad con los votantes y asunción de riesgos y sobre todo una posición perfectamente marcada con el mantenimiento nítido de la unidad España sin reducciones ni disculpas.

Ahora, pasado el susto de la unión de hecho con el PSOE, que cerca estuvo de unirlos con Podemos, han sonreído aliviados al ver cómo sus propuestas se mantenían en el nuevo compromiso con el PP. Aquellos votantes vieron el cielo abierto cuando la mayoría en minoría del PP le otorgó a su partido las llaves del calabozo para formar gobierno, confiriéndole poder a su líder para dar una estocada a la corrupción, a la pérdida de votos por la aplicación de una mala ley electoral e incluso a la no perpetuación en el poder de los que, amarrados a él, se niegan a pensar en su retiro.

Pero Albert, pilas nuevas y decisión propia, ha levantado el muro de Berlín entre los dos partidos al pretender hacer pasar por el aro al PP por unas condiciones leoninas que lo único que pueden traer es la convocatoria de unas terceras elecciones. Lamentablemente para Albert, a Mariano sus votantes le han perdonado. 

No todo, pero casi. Le han dado un nuevo plazo para que arregle sus problemas y de ahí depende la capacidad de estadista de Albert para saber hasta dónde puede llegar en las negociaciones. Si no quiere pactar, no pacte. Las consecuencias vendrán solas, pero mandar a sus escuderos a dar lecciones de comportamiento a los demás líderes de los partidos excede un tanto las atribuciones que puede tener un partido con poco más de treinta escaños.

Los votantes de derechas que ya han perdido, no son otros que los más cercanos al PP que, visto el acuerdo con el PSOE, se han llevado a las manos a la cabeza viendo lo siguiente que podía pasar y han vuelto corriendo a los brazos de Mariano.

Lo siguiente, de renovarse los comicios, será la pérdida de los votantes que recuperada la conciencia después de un año de marchita, busquen recuperar el calor y la tranquilidad que antes gozaban. Y eso sí tendrá mal arreglo.