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  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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Legionarios y borregos de peluche

Legionarios y borregos de peluche

Esta Semana Santa nos hemos despertado con la noticia de que la oposición de buena parte de las Comunidades Autónomas y con ello del Estado han puesto el grito en el cielo porque una institución llamada Congregación de Mena llevó a unos Caballeros Legionarios a cantar su himno a unos niños con cáncer en el hospital materno infantil de Málaga.

Parece ser que la idea principal era llevarles unos borreguitos de peluche, símbolo visual del carnero de la Legión y animarles la mañana a estos niños, para lo que contaban con todas las autorizaciones y bendiciones, incluida como no podía ser de otra manera la propia de los padres que conocían de antemano el programa de actividades que se iban a  llevar a cabo, incluido el conocimiento de que se cantaría su himno a los niños.

Los legionarios, devotos del Cristo de la Buena Muerte, tienen como himno propio esta  coplilla “el novio de la muerte”, que todo el mundo conoce y que glosa el valor, coraje y valentía que se supone manifiesta en este personal legionario y que se entona al ritmo propio del paso de Legión.

Indudablemente las canciones no siempre generan el sentido de lo que se quiere decir,  por lo que quien planteó semejante evento quizá debería haberlo pensado un poco más reposadamente para evitar susceptibilidades. Pero de Perogrullo es, que si hablas con alguien, no puedes pretender que glose los beneficios y logros de los demás, sino que mostrará lo suyo. O como diría mi abuela: ¡Igual querían que los legionarios cantasen jotas o canciones infantiles! 

Aun así, y a pesar que nadie de las familias afectadas ha puesto el más mínimo inconveniente, han dado toda clase de explicaciones y disculpas que, por supuesto, no han sido admitidas. La oposición está indignada y se ha apresurado a contestar y hacer críticas de humor en twiter, parodiando la visita y remedando otras que se podían haber hecho.

La misma oposición que ahora contiende es la que no hace mucho pretendía retirar la misa dominical de la televisión, por lo que mucho me temo que la cosa no va tanto por haber facilitado la entrada de los legionarios en el hospital, sino más bien por un pataleo vinculado a los follones que ésta tiene con el veto a la Semana Santa que, dolorosamente para ellos sale airosa de cualquier oposición que por delante se le ponga, o porque quizá estén dolidos por no haber recibido su propio borreguito de peluche.