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  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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Las primarias del PSOE

Las primarias del PSOE

En la película de animación Kung Fu Panda, todos los animales del valle se reúnen porqué el Maestro Hu Wei (una vieja tortuga) va a escoger al Guerrero del Dragón. La ceremonia consiste en que el Maestro pone un dedo encima del elegido, y eso le hace poseedor inmediato del beneficio de haber sido designado para ese gran cargo. Pero como la tarea es ardua, el Maestro duda y tarda hasta que el dedo se posa sobre el candidato adecuado. En el Partido Socialista después de haber salido más o menos airoso de los desmanes producidos por su anterior jefe de filas, ahora se presentan tres candidatos a ocupar la secretaría general del partido.

El sistema de primarias en el PSOE se basa en la consecución previa de avales o firmas de los afiliados que, tras  el apoyo a una de las candidaturas, aportan su voto al apoyo de uno de los precandidatos. Todo de lo más democrático. En principio y aparentemente quien venía gozando de las mayores posibilidades de conquistar ese puesto era la andaluza reina de la popularidad entre los suyos. Y el que menos Pachi López con los únicos apoyos esperados de los suyos en el País Vasco. Y ahí entre medias Pedro Sánchez.

El bagaje de una y otros, no por conocido deja de ser peculiar.  Susana ha ganado unas elecciones en Andalucía, Pachi ha llegado a lendakari con el apoyo del PP y Pedro no ha ganado nada. Susana ofrece paz y devolver al partido a su sitio, Pachi ofrece pactos y Pedro ofrece victorias (??), ahora con el “sí es sí”.

Con estos mimbres, la realidad es que a los afiliados del PSOE se les plantea una papeleta de lo más particular. Votar por una situación nueva, apostando por nuevas opciones o por repetir errores del pasado. Ello, siempre recordando que, aunque los afiliados son los que eligen candidato, quienes le pueden poner en valor no son ellos, sino que lo harán los votantes y lo más definitorio es que sólo hay una opción de las tres que ha ganado algo.

Cualquiera de ellos que pudiera ganar se tendría que enfrentar, presumiblemente (casi con toda seguridad) al correoso Mariano que, fumando un puro y pensando en las nécoras, le estará esperando con impaciencia, sin plantearse cuál de ellos será el mejor competidor.

Quizá no sea este el momento más propicio para plantearse un sistema de elección de los candidatos de  nueva creación. Pero sí de pensar que el partido está por encima de los candidatos y que lo que se necesita es un candidato ganador. No, perdón. Se necesita el mejor candidato y eso no se consigue con unas primarias del estilo de las actuales, sino con un sistema que democráticamente escoja a los mejores candidatos y salvando las evidentes distancias, el maestro de ceremonias ponga el dedo encima del candidato más adecuado.