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  • Diario Digital | viernes, 03 de mayo de 2024
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Había una veeez…

Jorge M. Mosquera Longueira, nacido en La Coruña, escritor y abogado, con despacho profesional en Burgos y especialización en Derecho Penal y Militar 

Había una veeez…

 

Pues sí, un circo. En eso se ha convertido el Congreso de los Diputados y me imagino que Gaby, Fofó y Miliki, desde el cielo, habrán observado atentamente una actuación circense que, seguro, habrán calificado de magistral. Bien es sabido que la parte más difícil del circo es hacer humor, pero aquí sus señorías lo han clavado. Los debates de No investidura del Sr. Sánchez se saldaron con el resultado esperado y por lo tanto vacuo. Pero no todo se ha perdido. Tenemos relevo para nuestros recordados payasos de la tele. Más de uno hemos echado una risita al ver lo bien que sus señorías se han puesto en el papel. La farsa ha sido de tal entidad que hasta es posible que si aquellos levantasen la cabeza, podían haber aprendido algunos chistes para hacer reír a sus espectadores, en esta época tan de sequía de guionistas.

En su día comenzó la diputada Bescansa con su bebé a la teta, dando las primeras pinceladas de lo que posteriormente sería un circo en toda regla. Pablo Iglesias no la ha dejado atrás y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y que en la casa de todos se permite de todo, ha convertido directamente el Congreso en la carpa del circo. Por lo que hace a la parte visual, se morreó en medio del hemiciclo con el diputado Domènech de En Comú Podem, luego se despachó con un monólogo digno de las mejores noches del Club de la Comedia. Dio la entradilla en algunos idiomas estatales, castellano, gallego, vasco, catalán, obviando al bable, el aranés, el mañegu, el castúo… y sin pábulo alguno continuó diciendo que fluye el amor y la felicidad en la política española y que la política se está calentando. E igual que el circo, que sólo busca garantizar la felicidad, siguió con una faceta absolutamente novedosa: la de celestino. Aseguró que la diputada del PP Andrea Levy bebe los vientos por un diputado de Podemos, pero como él no controla la virtud de sus diputados sino que sólo busca garantizar su felicidad, les ofrece su despacho para iniciar la relación. ¿Qué dirían Landelino Lavilla o Arias Navarro? No me lo quiero imaginar. Pero López, actual Presidente del Congreso, entendiendo que la nueva política debe permitir eso y más, lo permitió, limitándose a apagar el micrófono a Rafael Hernando, por rajar. 

Llegado el momento de los chistes, el diputado Gabriel Rufián, estuvo sembrado. Después de dejar claro que la legalidad española hay que violarla, se desató manifestando que esperaba estar lo menos posible en el Parlamento de un país vecino. Ciertamente gracioso. Finalizó diciendo que Ciudadanos era el Hacendado del PP, chascarrillo que provocó mucha gracia al respetable. Ya al final el diputado Tardá, dijo “Yo me voy”. ¡Pues no haber venido!, que hubiera dicho Fofó. ¡Ja”!