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  • Diario Digital | viernes, 03 de mayo de 2024
  • Actualizado 00:02

EL ACTO NO CONTABA CON EL PLÁCET DE ALGUNAS ORGANIZACIONES QUE CREEN POSEER EN EXCLUSIVA LA LEGITIMIDAD MORAL.

¿Éxito o fracaso?

Carlos Rontomé | Ceuta

  • El rechazo a la concentración por parte del gobierno resultaba lógica ya que de no hacerlo admitía carencias en su gestión y en la de la propia Delegación.
  • El establishment político y mediático ha observado con disgusto como la ciudadanía se movilizaba fuera del redil y de sus consignas.
  • El acto no contaba con el plácet de algunas organizaciones que creen poseer en exclusiva la legitimidad moral.
¿Éxito o fracaso?

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  • El rechazo a la concentración por parte del gobierno resultaba lógica ya que de no hacerlo admitía carencias en su gestión y en la de la propia Delegación.
  • El establishment político y mediático ha observado con disgusto como la ciudadanía se movilizaba fuera del redil y de sus consignas.
  • El acto no contaba con el plácet de algunas organizaciones que creen poseer en exclusiva la legitimidad moral. 

Carlos Rontomé | Ceuta  twitterlogo_1x


La polémica concentración contra el problema de inseguridad en Ceuta ha sido un éxito para los organizadores e imagino que un fracaso sin paliativos para aquellos que por diversas circunstancias habían mostrado su rechazo al acto.

Más allá de las estadísticas y de la percepción subjetiva de inseguridad que posee gran parte de la ciudadanía ceutí, lo verdaderamente destacado de lo que hemos vivido este sábado ha sido la movilización de cientos de personas (hasta mil según algunos medios) a pesar de que el acto no contaba con el plácet de algunas organizaciones que creen poseer en exclusiva la legitimidad moral. En un día lluvioso, sábado, al inicio de las vacaciones navideñas, con el rechazo del gobierno de la ciudad en curiosa concurrencia con el partido de la división étnico-religiosa y con la formación radical que dice representar a la “gente”, lograr que alguien aparezca por la Plaza de los Reyes es todo un triunfo, máxime cuando tan solo dos días antes, la convocatoria en contra de las políticas de empleo del gobierno había reunido a cuatrocientas personas a pesar del apoyo de varios partidos y de los todopoderosos sindicatos incluidos sus afiliados, liberados y redes clientelares.

La razón del rechazo a la concentración por parte del gobierno resultaba lógica ya que no hacerlo era una forma de admitir carencias en su gestión y en la de la propia Delegación, pero lo que ha resultado llamativo ha sido la postura del primer partido de la oposición en base a puntuales comentarios de carácter racista en las redes sociales. Y resulta llamativo porque se trata de un partido, que junto con su monaguillo ideológico, se dedica a mantener la confrontación con especial preferencia por las redes sociales con un uso de estas de trazo grueso (fascista es lo más suave que llaman a aquel que no levanta el puño o racista al que no comulga con sus visiones victimistas).

En cualquier caso y a pesar de los intentos denodados por desprestigiar la concentración por la vía de calumniar a sus participantes asegurando que servían a interés espurios o que eran avanzados del racismo, esta se ha celebrado, lo que es un logro en una ciudad bastante apática en lo que se refiere a movilizaciones ciudadanas, y más aun con la oposición de gran parte del establishment político y mediático que ha observado con disgusto como la ciudadanía se movilizaba fuera del redil y de sus consignas.

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