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  • Diario Digital | viernes, 17 de mayo de 2024
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CABALLAS PRETENDE PONER A CEUTA EN LA “VANGUARDIA DE LA CONVIVENCIA”.

Caballas quiere multar a los que actúan con intenciones racistas y sexistas.

Caballas presenta el borrador de su “Ordenanza para la Convivencia en Espacios públicos” que obligaría a la Ciudad a sancionar comportamientos racistas o sexistas, y pretendiendo convertir la ciudad en la vanguardia de la convivencia.

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Caballas quiere multar a los que actúan con intenciones racistas y sexistas.

Los portavoces de la Coalición Caballas, Mohamed Ali y Juan Luis Aróstegui, han convocado una rueda de prensa para presentar el borrador de su “Ordenanza para la Convivencia en espacios públicos”.

Según Caballas, aunque el Gobierno del PP tenga un discurso oficial que pretende pintar a Ceuta como el “paraíso de la convivencia”, está claro que esto solo se queda al nivel “abstracto”. Explicaron los portavoces que, por ejemplo, el episodio de agresión hacia un inmigrante en frente del Casino Militar el sábado pasado ha pasado “desapercibido” por el Gobierno. Aróstegui ha señalado que la tensión que cada vez más se vive en Ceuta no es singular a la ciudad, sino parte de un corriente global, “la era Trump” que se basa en la valoración del “odio hacia lo que es diferente”.

Por lo tanto, Caballas explica que la ordenanza, “más importante ahora que nunca” tiene dos metas principales. La primera es de convertir a Ceuta en una “vanguardia” y un “ejemplo” nacional e internacional de una convivencia e interculturalidad sana. El segundo objetivo sería de comprometer a los ciudadanos de Ceuta y también a la Ciudad como institución para pasar “del discurso a los hechos” y alcanzar una “convivencia real” que se vive a nivel “cotidiano”.

De esta manera, la Ordenanza convertiría a la Ciudad en un agente “activo” en el fomento del entendimiento intercultural, colaborando con las organizaciones, comunidades y asociaciones culturales de la ciudad para crear espacios de encuentro, desarrollar talleres de debate y discusión, y lanzar campañas de sensibilización a todos niveles de la sociedad Ceutí. Desde luego, la ciudad intervendrá para “condenar y sancionar” actuaciones "racistas, xenófobas, homófobas, sexistas o de acoso escolar, un fenómeno que va mucho más allá de las aulas" que suponen la generación del odio y desconfianza en Ceuta. Aróstegui matizó la importancia de prevenir el acoso entre menores, algo que la ciudad suele olvidar y “no tomar en serio”, e incluye en esta categoría “las conductas de acoso o asedio a menores, realizadas por grupos de menores organizados que actúen en el espacio urbano".

El texto repartido por Caballas (aun abierto a modificaciones) propone sanciones de hasta 3.000 euros o trabajos comunitarios para delitos hacia la convivencia en la ciudad. Entre estos actos discriminatorios Caballas contempla “toda conducta de desprecio a la dignidad de las personas, así como cualquier comportamiento discriminatorio, sea de contenido xenófobo, homófono, racista o sexista, o de cualquier otra condición o circunstancia personal o social, de hecho, por escrito o de palabra, mediante insultos, burlas, molestias intencionadas, coacción psíquica o física, agresiones o conductas análogas".

Caballas describe como “imprescindible” la participación de “todas las personas que residan o se encuentren en Ceuta". Según la coalición, los ciudadanos de Ceuta, normalmente “pasivos” frente a delitos de discriminación, ahora tendrían "la obligación de colaborar con las autoridades municipales o sus agentes" en la persecución y la erradicación "de las conductas que alteren, perturben o lesionen la convivencia o el civismo. La Policía Local tendrá la obligación de denunciar estos comportamientos, mientras que los demás ciudadanos tendrán el derecho de denunciar actos de discriminación”.

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