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  • Diario Digital | sábado, 04 de mayo de 2024
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El Estado, la socialdemocracia y la convulsión internacional

El Estado, la socialdemocracia y la convulsión internacional

El resultado electoral de las elecciones estadounidenses ha supuesto un shock para muchos ciudadanos. Este impacto no era previsible. El Estado de derecho y la socialdemocracia pueden contribuir con mejoras y cambios, para que soluciones extremistas de esta naturaleza, como ocurrió con el Brexit, sean más difíciles de suceder y que la ciudadanía valore otras alternativas. Si reacciona y realiza cambios inminentes, la socialdemocracia puede volver a ser la esperanza del cambio y del futuro.

El pasado viernes tuvo lugar una conferencia en la sede federal del PSOE, en Ferraz, organizada por la Fundación Pablo Iglesias, denominada: “Socialismo, Estado de derecho y derechos humanos”, a cargo de Javier García Fernández, catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad Complutense. Haré referencia a determinados aspectos del Estado de derecho y la socialdemocracia, a los que hizo mención el ponente, para después detenerme en retos internos e internacionales a los que, a mi modo de tender, debería enfrentarse la socialdemocracia.

Según Hermann Heller, socialdemócrata alemán, que trata las bases de relación entre la socialdemocracia, Estado y nación, decía que el Estado liberal se convierte en democrático de derecho cuando: a) Se atribuye al Parlamento la posibilidad de elegir Gobierno. En España se produce por primera vez este hecho en 1931. b) Se produce el sufragio universal. El pueblo comienza a ejercer la soberanía. c) Reconocimiento del derecho de asociación y de sindicación. d) Regulación de los derechos económicos y laborales. En el aspecto económico sobre la intervención del Estado hay que señalar dos fechas importantes, 1914 y 1929. La primera contienda mundial y la célebre crisis económica. Se ve la necesidad de la participación estatal.

La Constitución de Weimar en 1919 comienza a recoger las ideas del Estado democrático y social, entre los que están la educación, la seguridad social y la libertad sindical. En España la Constitución de 1978 es un ejemplo de regulación desde el punto de vista social sobre educación, vivienda, sanidad… A partir de la segunda mitad del siglo XX, la participación de la socialdemocracia y su alternancia con la derecha europea produce un gran avance en los derechos sociales en la Europa Occidental. El Estado entra en crisis cuando aparecen Reagan y Margaret Tatcher. En el comunismo surge Gorbachov, muy realista y que ve la necesidad de los cambios. Después, por la crisis económica se produce un periodo negro de austeridad, en el que continuamos inmersos, a lo que tenemos que añadir los movimientos migratorios como consecuencia de las guerras en Siria, Afganistán… Aparece la extrema derecha y los populismos

Respecto a las mejoras y cambios que debe realizar la socialdemocracia en nuestro país, sin olvidar a la socialdemocracia internacional, mencionaré en primer lugar la intervención de Rafael Simancas, que como director del Curso de Teoría Política de la Fundación Pablo Iglesias, manifestó estas aseveraciones: “ En la segunda mitad del siglo XX la izquierda descubre el ámbito estatal. La socialdemocracia ha aprendido a hacer política. Se consiguen Constituciones que nos permiten avanzar. Ahora los retos y desafíos a los que se enfrenta la izquierda han trascendido las fronteras nacionales. Del principio internacionalista de la izquierda en el siglo XIX que había quedado más aparcado en el siglo XX, ahora se ve más necesario trascender las fronteras, porque hay que enfrentarse a la globalización, las migraciones, la seguridad internacional, el cambio climático…”

“Sucede que la mano de obra es mucho más barata en determinados países, para la fabricación de productos de consumo universales frente al primer mundo. Eso trae consecuencias para las economías, las industrias, el salario de los trabajadores y fundamentalmente para la competitividad. ¿Habría que pensar que la socialdemocracia pase a un Estado global? Sería necesario pensar en un Estatuto de trabajadores con derechos a nivel internacional. Estatuto de trabajadores a escala europea. Las empresas y la globalización…”.

Según Javier García Fernández, lo que fue posible en los años 50 con el Estado de bienestar ahora es mucho más difícil, la derecha apuesta por la austeridad y la socialdemocracia necesita más apoyo de la población, para equilibrar la representación de los partidos conservadores. El sustrato social es más complejo. Se elimina la mano de obra por la depurada mecanización. Para García Fernández es necesaria también la Reforma Constitucional. El PSOE tiene que ofrecer una alternativa con densidad jurídica, que aborde temas como: La seguridad social, sanidad, vivienda digna, jóvenes, el medio ambiente… Sin excluir el tema territorial y el Senado.

Rafael Simancas, en la presentación del acto de la conferencia, de un modo sucinto, sutil y claro destacó varios aspectos a tener presente respectos a valores y principios: “La política socialista no consiste en decir lo que consideramos más rentable para el partido. No es acertar en el circo de la política espectáculo. Organizar el espacio público conforme a unos valores y metas. Creemos en las instituciones de la democracia representativa. Valoramos la Constitución del 1978 como una de las etapas mejores de la historia de España…”.

Personalmente creo fundamentales el cumplimiento y los cambios socialdemócratas siguientes, la mayoría de las cuales se están aplicando junto a otros que no se mencionan: Seguir fomentando y potenciando la educación, donde se trabaje especialmente el análisis crítico de los aspectos económicos, sociales, políticos, así como los valores. Cercanía real a través de fórmulas y procedimientos con toda la ciudadanía, buscando su proximidad y acercamiento a las instituciones. Medidas estrictas y rigurosas con las puertas giratorias, especialmente en las contrataciones y en las remuneraciones. Que no haya un socialista con ingresos derivados de ventajas por responsabilidades orgánicas o institucionales. Democracia y participación plena en elecciones, especialmente en las Primarias, sin dilatar la organización de Congresos.

Seguimiento y cumplimiento de los programas electorales, dando cuenta a la ciudadanía de los motivos de incumplimiento o de cambios. Prioridad en la recuperación de la confianza en los políticos y la política. Coherencia y mantenimiento de la palabra de los órganos y responsables orgánicos e institucionales. Especial atención en la pedagogía de las explicaciones. Neutralizar los populismos y los extremismos con un lenguaje creíble, sin manipulaciones circenses que insulten a la inteligencia. Estamos al final de una etapa o de una época. Lo que nos espera será diferente, pero más auténtico. Un mundo nuevo donde el ciudadano tendrá más protagonismo, asumiendo posiblemente más responsabilidades, con más participación y sin que le asusten o molesten los procesos electorales. Pedro Sánchez, recientemente ha publicado en Facebook: “Frente al caos convicciones y valores. Trabajemos por construir sociedades igualitarias en las que se respete la dignidad de las personas”.