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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Los problemas están ahí, y nuestros responsables en la inopia

Los problemas están ahí, y nuestros responsables en la inopia

No he encontrado mejor frase para expresar la incapacidad, la pasividad y la despreocupación que están mostrando nuestros principales responsables políticos ante el caos y el descontrol que en estos momentos está padeciendo nuestra ciudad.

Como todos sabemos, el clima de inseguridad que en estos tiempos se respira en nuestra ciudad, es un grave problema que salta a la vista, pero que sin embargo no parece preocuparle a nuestro alcalde. Quien encabeza el equipo de nuestro Desgobierno, parece no compartir esa preocupación ciudadana, ese clima de inseguridad que lamentablemente se respira en nuestra ciudad. Y además, no duda en salir siempre a la palestra –eso sí, si se digna “a salir”-, para afirmar y asegurar que Ceuta es una ciudad muy segura, que se han reducido los niveles de delincuencia y que no hay por qué preocuparse.

Al señor Vivas parece no importarle lo que los ceutíes piensen y sientan, lo que la calle aclama, y lo que las redes sociales expresan. Para el señor Vivas todo va bien, y no habrá quien le convenza de lo contrario; ni las reuniones con los ciudadanos y ciudadanas, ni las concentraciones, ni las quejas, ni las reivindicaciones de nuestros conciudadanos y conciudadanas y de nuestras autoridades policiales.

El señor Vivas prefiere permanecer en la inopia, su lugar preferido cuando ve que los problemas le abordan.

Y en cuanto al problema fronterizo y el Tarajal, tampoco iba a ser distinto. El señor Cucurull, nuestro delegado del Gobierno, en su habitual modo de proceder, sin planificación ni coordinación alguna, no duda en atreverse a llevar a cabo experimentos con los ceutíes sin importarle las consecuencias que ello conlleva para la ciudadanía, algo que ha quedado evidenciado en su peculiar actuación con el nuevo paso del Tarajal II. Como si se tratase de una cuestión novedosa, el señor Cucurull quiso dejar su impronta con el paso del Tarajal II, y efectivamente, acabó dejándola: la chapuza y la descoordinación.

Pero como somos los ceutíes quienes al fin y al cabo sufrimos su nefasta gestión política, una gestión basada en la espontaneidad, en los experimentos y en la chapuza (sello de garantía de la política del Partido Popular); eso no le preocupa a nuestro delegado del Gobierno, que prefiere permanecer también en su línea, echando balones fuera como siempre hace, ante cuestiones tan importantes como es la seguridad y los derechos humanos.

Ahora parecer ser, que lo que el propio señor Vivas denominó como “el pulmón del comercio ceutí”, se ha convertido en una cuestión que sólo atañe a los empresarios de los polígonos del Tarajal; y ni la Ciudad ni Delegación del Gobierno tienen nada que ver. Así que, una vez más, y como es lo habitual, tanto el alcalde como el delegado del Gobierno, prefieren permanecer en la inopia, y es que, no han encontrado mejor lugar para escapar de los graves problemas que padece nuestra ciudad que ese.

La incapacidad de nuestros principales responsables políticos parece no tener límites. Pero lo peor de todo esto, insisto, es que somos los ceutíes quienes la sufrimos. Y la pregunta es, ¿hasta cuándo?, ¿hasta cuándo los ceutíes tendremos que soportar esta lamentable e indeseable situación?, ¿hasta cuándo tendremos que sufrir las desastrosas y nefastas políticas del Partido Popular? Sólo espero y deseo que la respuesta a estas preguntas sea: no por mucho más tiempo.