Día Europeo Contra la Trata de Seres Humanos
El 25 de marzo es la fecha escogida para concienciar y sensibilizar sobre la trata de personas. Definida esta como “el comercio ilegal de personas con propósitos de esclavitud reproductiva, explotación sexual, trabajos forzados, extracción de órganos, o cualquier forma moderna de esclavitud”
La trata de seres humanos o la también denominada nueva esclavitud del siglo XXI, es tristemente una clara manifestación de vulneración de derechos en la que sus principales víctimas continúan siendo niñas y mujeres. Las desigualdades de género, la feminización de la pobreza y los flujos migratorios son lamentablemente algunos de los factores que inciden en que esta cruel mafia delictiva continúe incrementándose a un ritmo pavoroso y alarmante.
Las dramáticas situaciones de desolación, emergencia y crueldad actuales que están viviendo millones de personas en nuestras fronteras europeas (mayoritariamente niños) nos permiten constatar que el retroceso de derechos que estamos viviendo es un claro ejemplo de que todavía queda un largo camino por recorrer en el establecimiento real de una política efectiva de lucha contra la trata de seres humanos, coherente e integral, capaz de proteger y garantizar los derechos inherentes de todos y todas.
La trata de seres humanos y su gravedad han de impulsarnos a todos y todas a luchar de manera prioritaria contra esta ruin y lamentable situación de discriminación, desigualdad, marginación, exclusión y violencia más indignas y denigrantes. Desde Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía, queremos mostrar nuestra máxima repulsa hacia este repugnante comercio que atenta contra la dignidad y los derechos humanos reconocidos así como aprovechar estas líneas para instar al Gobierno del señor Vivas a que cumpla su discurso de igualdad contraído (el más reciente este 8 de marzo) de mantener y aumentar las políticas y estrategias de igualdad y por ende de lucha contra la trata de seres humanos de manera inmediata y efectiva que permita atajar una realidad que parece no tener cabida para el bienestar de nuestra sociedad, pues es conveniente señalar que los recursos económicos y humanos destinados a la atención e intervención en materia de trata de seres humanos y explotación sexual son prácticamente inexistente e insuficiente al no aparecer de manera global y directa