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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Cuando hasta las ideas se colapsan

Cuando hasta las ideas se colapsan

Según parece durante estos últimos días a alguien en alguna parte se le ha encendido una lucecita, lo que no se sabe es si está se ha quedado encendida o se ha fundido al poco rato, yo me decanto por lo segundo. Por lo que se ve la iluminada idea pasaría por implantar un sistema que viniera a limitar la entrada de personas dedicadas al porteo de mercancías, para ello inicialmente se establecería un máximo de cuatro mil porteadores diarios a quienes se les entregaría unas tarjetas identificativas a su paso por la frontera.

Hasta ahí todo perfecto, pero ¿a alguien se le ha ocurrido explicar cómo se haría y qué criterio se utilizaría para entregar esas tarjetas? pues no, al parecer eso ya no queda tan claro, dar cuatro mil tarjetas a personas de las que no se sabe absolutamente nada y que además no figuran en ningún tipo censo, por lo menos de España, que permita tener control alguno sobre la identidad y procedencia de la persona receptora de tal identificación, no es tarea que se presuma fácil, pero mucho menos inteligente. La verdad es que algunos cada día se superan, el trapicheo de esas tarjetas puede ser descomunal, poniéndoselo en bandeja a esas mafias dedicadas a gestionar estos menesteres, con lo que se puede dar el caso que aparezcan duplicados de estas tarjetas hasta en el Senegal, y al final más de medio continente africano y parte del asiático tengan una de estas identificaciones.

Todo esto sin contar con el número de vehículos que se dedican al transporte de mercancías a ambos lados de la frontera y que son en realidad los que forman esos descomunales atascos que no solo afectan a la frontera sino también a más de media ciudad. De cómo se va a controlar esto nadie ha hablado ¿también van a establecer un cupo? de momento mutis por el foro.

En cualquier caso una vez más se demuestra que los responsables en remediar la situación están en un callejón sin salida y que no tienen la menor idea de cómo solucionar todo este descomunal caos fronterizo. Lo que no se explica, a no ser que existan órdenes expresas desde Madrid en las que se exija que esto siga así, es que aún no se haya optado por lo más lógico y lo único razonable, que no es otra cosa que cerrar de una vez por todas esos polígonos y reconducir esa actividad comercial adaptándola a las necesidades y capacidad de una ciudad como Ceuta. Esa es la única solución posible a este problema, lo demás es seguir fomentado el caos, facilitándole las cosas a aquellos que veladamente lo único que andan buscando es además de enriquecerse, colapsar cada día un poquito más la ciudad.

Quizá sea ahora el momento adecuado de actuar con decisión y clausurar por un periodo de tiempo determinado la actividad en esos polígonos, para a partir de ahí sanear nuestra frontera y replantear qué tipo de relaciones comerciales queremos y podemos mantener con nuestros vecinos marroquíes. Eso sí de tomarse esta decisión, de entrada habría que prepararse para hacer frente al chantaje habitual de Marruecos que vería como sus problemas aumentarían dada la sobredimensión poblacional que ha generado este tipo de comercio en toda su zona norte y que buscaría ejercer presión posiblemente utilizando el control migratorio como moneda de cambio. En ese caso ya es a otro nivel donde se tendría que dilucidar todo este problema, siendo Madrid y Bruselas quienes habrían de poner las cartas sobre la mesa y empezar a tomarse muy en serio un asunto que como el de las fronteras de Ceuta y de Melilla debe ser tratado al máximo nivel.