Dialogo responsable frente a intransigencia
La apertura de la nueva Legislatura mostró la desvergüenza de populistas e independentistas ocupados y preocupados exclusivamente en conseguir la atención de los medios de comunicación, mientras la gran mayoría de parlamentarios atendían a las palabras pronunciadas por el Jefe del Estado en unos momentos cruciales para nuestra democracia. El discurso de nuestro Rey fue positivo y constructivo recordando lo que ha sido la Historia de España y de la democracia. Su majestad Felipe VI instó a todas las formaciones políticas con representación parlamentaria a mantener actitud dialogante y responsable en la búsqueda del bienestar de todos los españoles.
La respuesta conjunta de los de Pablo Iglesias e independentistas no se hizo esperar, una respuesta diseñada milimétricamente tras haber caldeado el ambiente desde comienzo de semana. El boicot de Podemos hacia la figura del Jefe del Estado, símbolo de la unidad de España, quedó patente desde el primer momento. Los diputados populistas hicieron oídos sordos a la intervención de Su Alteza Real y permanecieron sentados mientras los representantes constitucionalistas ovacionaron en pie las palabras pronunciadas por Felipe VI. Una actuación encaminada a demostrar públicamente una supuesta animadversión de los medios de comunicación hacia su formación.
No podemos olvidar que el concepto de populismo abarca a todas las corrientes políticas tanto de izquierdas como de derechas que buscan el apoyo de las clases populares apelando a los planteamientos emocionales sobre los racionales. Muestra palpable de este planteamiento son las actuaciones teatrescas de los diputados populistas desde que arribaron a parlamentos, diputaciones y ayuntamientos a lo largo y ancho del país. En nuestra memoria permanecerán las imágenes de los alcaldes populistas alejados totalmente de la cortesía institucional. Dirigentes políticos que han protagonizado importantes desplantes institucionales, ausencia en actos tradicionales vinculados con la Iglesia o con estamentos tan valorados por la ciudadanía como el Ejército.
Los españoles exigimos mayoritariamente acuerdos consensuados de quienes comparten principios y prioridades esenciales para el interés general de los españoles, de quienes comparten principios constitucionalistas que defienden la unidad de España y la igualdad entre los españoles. De quienes consideramos opciones reformistas y moderadas, con innegable vocación europeísta. Demandamos, que más allá de planteamientos ideológicos, tengan en cuenta tanto los compromisos más inmediatos como los retos de futuro. Más allá del postureo parlamentario, de la manipulación de las redes sociales y del teatreo ante los medios de comunicación, los españoles exigimos a nuestros líderes políticos compromiso, responsabilidad y coherencia en la defensa de los intereses de todos y todas las españolas.