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Las primarias del PSOE 2017

Las primarias del PSOE 2017

Se ha dado el pistoletazo de salida para los aspirantes a la candidatura a Secretario general del PSOE. Tres, como las hijas de Elena, se han presentado a tal convocatoria. Pedro Sánchez; Pedro I el Temido por aquello de que si gana volverá a intentar liarla. Susana Díaz; Santa Susana de todos los españoles, la esperada por el aparato del partido y por aquellos socialistas que pretenden una peregrinación equilibrada por los agrestes caminos de la política y por último Patxi López; el eventual , candidato más bien imprevisto, como tercero en discordia.

Estas elecciones, más allá de unas primarias o de la más estricta postura política de cada uno, son política de interés general. No olvidemos que el PSOE es un partido con más de cien años de historia y que es cardinal para un buen funcionamiento democrático del sistema político español. En estas elecciones se solventará qué es bueno para España o, quizá, que es mejor para España.

Pedro Sánchez, sí, aquel  que dijo “hay que ser de izquierdas, que la gente que no dice que es de izquierdas o de derechas es que es de derechas, o sea que o eres de izquierdas o no eres nada”, ha tenido su oportunidad y la ha perdido o la ha dejado pasar o se le ha gastado. Emperrado en el NO ES NO  ha hecho de su mandato como Secretario General un auténtico calvario a los socialistas pacíficos. Vio cómo Podemos le hacía ojitos y se unió a él para comprobar en sus propias carnes como le organizaba el gobierno y el partido. Luego para su dolor adquirió consciencia de que lo que realmente quería Podemos era fagocitarle, o lo que era peor fagocitar al PSOE ocupando su papel como partido hegemónico de la izquierda. Su unión con Ciudadanos no hizo más que cabrear a la parroquia y no adquirió más que tintes de sufrimiento. Ahora vuelve con SI ES SI. Grata confusión.

Susana Díaz se presenta con una mochila de una ¿buena? gestión en una Andalucía saturada de paro y unos problemas de corrupción galopantes, pero con la cantinela de la renovación por delante y con la consigna de que lo primero es el militante, el ciudadano, en fin, el votante. Y se ha empeñado en el latiguillo de “vamos a trabajar…, volver a poner en su lugar al partido. Hacer un PSOE más grande”. Suena bien.

Su proyecto para el partido viene avalado y apoyado por grandes pesos pesados del PSOE tradicional, no viejas glorias, no, sino personas con mucho peso en él: Felipe, Guerra, Rubalcaba, Zapatero, Madina, Bono, Chacón… No parece una casualidad que todos ellos hayan tenido, en su momento, palabras de vilipendio contra Sánchez.

Posiblemente Susana no represente más que a los acólitos de su autonomía y posiblemente no tenga claro que debe hacer un secretario general de un partido de solera como el PSOE, pero como diría el otro, Pedro ha tenido su momento y no lo ha sabido aprovechar.

La propuesta de Patxi López parece una candidatura meramente testimonial. A priori, no parece que tenga muchas posibilidades contra dos candidatos de tal envergadura. Quizá tenga previsto, en la línea más típicamente americana, su adhesión a uno de los otros dos candidatos (apostaría por Susana) cuando ya no tenga posibilidades. La contienda está servida.

Todos han empezado su periplo por todas partes adelantando sus propuestas, buscando apoyos para su proyecto y  pidiendo fondos para afrontar la batalla, pero el primer asalto no lo han ganado ellos. Ha sido el partido.

Todavía no habíamos entrado en calor cuando, con buen criterio el rocoso Javier Fernández y resto de su gestora han obligado a los candidatos a compartir con ésta una cartilla, evitando el crowdfunding, donaciones anónimas que podrían incurrir en financiación ilegal. Patxi y Susana han aceptado y Pedro se ha negado. Ha comenzado la guerra.

La pelota queda ahora en el tejado del PSOE y sobre todo de sus votantes. Aceptar un candidato al que el tiempo ha puesto en su sitio, y que si pierde, incluso, podría llegar a liderar una escisión en el PSOE o una candidata con ganas de poder que si pierde haría que se removiesen los cimientos del PSOE tradicional con algún  roto más a su política. Sólo desear que el voto sea en consecuencia. 

Dijo Mandela que un error no deja de ser un error por el mero hecho de que mucha gente crea en él.