Tiempo de Ocio Ceuta

  • Diario Digital | domingo, 05 de mayo de 2024
  • Actualizado 00:03

“Crónicas marcianas”

Jorge M. Mosquera Longueira, nacido en La Coruña, escritor y abogado, con despacho profesional en Burgos y especialización en Derecho Penal y Militar  

“Crónicas marcianas”

 

En la celebrada película “La vida de Brian”, un judío le pregunta a otro: …pero, ¿que nos han dado los romanos?, a lo que el otro contesta: nos han dado los acueductos. El primero vuelve a preguntar: …pero, además de los acueductos, ¿que nos han dado los romanos?, y el segundo contesta: nos han dado los baños públicos. Y el primero vuelve a preguntar: …pero además de los acueductos y los baños públicos, ¿que nos han dado los romanos?, a lo que el segundo responde: nos han dado la paz. Y el primero dice: la paz, bah, la paz, que la folle un pez.

El mismo negativismo, al relatar la nefasta suerte que corren los humanos en la conquista de Marte, asiste a Ray Bradbury en sus Crónicas, por lo que con su permiso o con el de Javier Sardá (no lo tengo muy claro) me permito hacer una reflexión sobre el fondo negativo que florece en nuestros políticos cuando, atacados por la cercana cita electoral, disparan sus afiladas lenguas unos sobre otros, sin valorar que, después de que aquella haya pasado, todo volverá a ser como antes y sólo quedarán recuerdos en las hemerotecas.

Si la política va mal o no, será algo que se deba valorar en las próximas elecciones, pero los políticos ya han entrado a saco en campaña –precampaña-, para decir que todo va mal, que todo lo que los demás ofrecen está mal, que lo hecho hasta ahora está mal o que lo que se recibió de los anteriores también estaba mal.

Cierto es, que la arena política siempre da para grandes titulares, pero en ocasiones como ésta, donde los españoles nos jugamos buena parte de nuestro futuro, debería prevalecer para sus señorías decir la verdad y hablar de programas en lugar de tanto repasarse de arriba a abajo un día sí y otro también.

La política ha acabado por ser un desbarre sobre la eficiencia del contrario y su capacidad para hacer cualquier cosa que no sea largarse con viento fresco. Pedro Sánchez otorgó a Rajoy como única virtud la de la afabilidad. Nada más. Rajoy cerrado a toda costa ha zanjado la discusión diciendo que la mejor defensa es una buena defensa. Jamás un partido aceptará que otro haya hecho algo bien, o estará de acuerdo con sus principios o su programa. Puro negativismo. Deberían imitar a Van Gaal con aquello de “siempre posssitivo, nunca negatttivo”.

Con todo, será bueno, ya cercanos a Papá Noel, recomendarles cómo antídoto, la película de los Monty Phyton que, además de que su recuerdo siempre viene bien, tiene, al final de la cinta, la cura para cualquier negativismo, cuando los crucificados cantan el “mira siempre el lado bueno de la vida”.