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  • Diario Digital | domingo, 28 de abril de 2024
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Reforma constitucional

Jesús Carretero Antón es Catedrático de Filología Griega, estudio en Salamanca Filología Clásica, y Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid,  ha ejercido de profesor en Jerez de los Caballeros en Badajoz, en el instituto Jorge Manrique de Palencia, en los IES Siete Colinas y  Abyla de Ceuta

Reforma constitucional

 

Es el tema principal que abordan, o quieren abordar, los más izquierdosos, cara a las elecciones del 20D.

Y lo primero que se me ocurre es ¿Reforma de qué, para qué y en qué dirección?. Todavía no he oído decir a ninguno de los que propugnan esa reforma que iba a ir encaminada a..., lo que fuera.

La frase esa de reformar la Constitución es una frase hueca, vacía de contenido o, si me apuran, simple literatura, que les sirve a unos para rellenar programas electorales y a otros para poder decir un día que ellos habían logrado o habían propuesto tal o cual cosa.

Y aunque parezca lo contrario, esa frase que se da en muchos de los que van a ir al Congreso de los Diputados o al Senado, tiene su punto de arranque en políticos huecos, sin ideas claras y profundas, pero todavía peor, muy alejados de lo que reclama o pide la población. Y eso debe quedar muy claro, al llegar a esto, porque no hace falta más que leer las diversas encuestas que se vienen realizando, ver las quejas o peticiones de los hipotéticos votantes y, en ninguna parte aparece, ni el 1% que cite para nada la Constitución o sus reformas.

Haciendo un recorrido por las encuestas de los últimos siete meses, por ejemplo, entre las peticiones o los deseos de los encuestados aparecen asuntos de este tipo:

1.- Que se termine con el paro o que, al menos, se reduzca.

2.- Que se dé una solución definitiva a la corrupción, sea del tipo que sea.

3.-Que no haya listas de espera en los hospitales y que la medicina abarque cada día más y más amplias áreas.

4.- Que se proporcione una Educación mejor para los chavales.

5.- Que se bajen los impuestos....

Estos asuntos, en el orden que yo los he puesto o en un orden muy cercano a éste, es lo que pide la población, con lo que el “chalaneo” ese de la reforma de la Constitución es el juego que quieren tener en sus manos los políticos para con ello justificarse ante sí mismos y ante la población, por el sueldo que reciben por tan poco trabajo. No hay que darle más vueltas.

Y lo más lamentable sería que grupos que tienen sentido de la responsabilidad vayan a caer en esa trampa de quienes hacen de la política un simple entretenimiento, sin saber, de verdad, el terreno que están pisando.

No me cabe la menor duda de que, al menos durante cuatro años más, la Constitución seguirá como está y como nos ha servido desde hace 37 años, para que este país pase de ser uno de tantos a convertirse en uno de los importantes, de veras, en Europa.

Y es que, todos los juegos, especialmente los marcados por las corrientes más izquierdosas del país, a lo único que conducen es a la ruptura de lo que hay, van en busca de no se sabe qué y no se sabe donde, sin un sentido claro y contundente.

Todavía viven algunos de los padres de la Constitución, como es el caso de Roca, otros ya han fallecido, pero el respeto a los que murieron y a los que viven pide que esa Carta Magna puede, todavía, aportar mucho bien y total seguridad.

Los padres de la Constitución, auténticos constitucionalistas, aportaron mucho y mostraron un talante fuera de serie para respetar situaciones o contenidos adversos y para saber imponer las suyas propias. Derechas, izquierdas, centro y todas las corrientes dejaron plasmado ahí ese talante y ese talento, con la responsabilidad que entonces se necesitaban y ahora se siguen necesitando. Por tanto, la Constitución no se toca, no ha llegado la hora de los cambios.