Tiempo de Ocio Ceuta

  • Diario Digital | sábado, 11 de mayo de 2024
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Jesús Carretero Antón es Catedrático de Filología Griega, estudio en Salamanca Filología Clásica, y Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid,  ha ejercido de profesor en Jerez de los Caballeros en Badajoz, en el instituto Jorge Manrique de Palencia, en los IES Siete Colinas y  Abyla de Ceuta

Debate a cuatro

 

Expectación, sí, pero poco más, porque, precisamente, los que más lo necesitaban no dieron la talla y Pedro Sánchez, ante Mariano Rajoy, en el que será el debate definitivo, tendrá que hacer encaje de bolillos para convencer a alguien, porque en el debate de Antena 3 dejó descolocados, incluso a sus propios colaboradores.

Es lo que hubo, porque era el que más se jugaba, precisamente. Salir bien parado de ese debate hubiera significado colocarse en 2º lugar con claridad, pero al actuar como actuó, empieza a tener más que complicada la segunda plaza y por ende la presidencia del Gobierno.

Pedro Sánchez no dio la talla y además se dejó comer la merienda por el aventurero que tenía a su lado, quien actuando en plan “macarra”, terreno en el que se desenvuelve bien, le hizo perder los papeles, los nervios y el debate.

 

Soraya estuvo en su papel, no “largó” más que lo que tenía que “largar” pero sus intervenciones, comedidas y muy atinadas, nunca desentonaron y creo que el golpe definitivo se lo dio a Pablo Iglesias, recordándole a Monedero. Posiblemente podía haberle tirado más “a la yugular” si al comienzo de su intervención hubiera dicho que celebraba la derrota de Maduro, en Venezuela, con lo que el debate hubiera ido por otra parte y sin salida para Pablo Iglesias a pesar de lo descarado y cara dura que es.

En cuanto a Albert Rivera, volvió a dar la talla. Empezó nervioso y se fue atemperando. Hubo momentos en los que estuvo brillante y se comprometió en todo aquello que tenía que comprometerse. Pudo ser el ganador del debate o quedar en tablas con Soraya, muy por encima de los otros dos.

Y Pablo Iglesias como siempre, en plan asambleario, más mitinero que participante en un debate, tras este debate ha terminado con alguna posibilidad que hubiera podido soñar, cosa que celebro, porque personajes así son una lacra para un país como España, en el mero hecho de que unos individuos como éste y con un talante como el suyo traten de aspirar a ocupar un cargo de responsabilidad.

A partir de aquí, parte del pescado está vendido, con dos semanas por delante.

Lo normal que debe suceder es que el PP se asiente más, que el PSOE se descuelgue, que Ciudadanos se asiente como auténtica fuerza en segundo lugar y que Podemos vaya haciendo todos los preparativos para seguir ocupando las calles. Ese es el destino y el futuro de Podemos, si es que no se le marcan las líneas rojas que no debe cruzar.

Mayoría absoluta no va a haber y no quiero que la haya, el 30% al que aspira Rajoy es posible y un entendimiento PP-Ciudadanos podía ser lo más deseable para que hubiera un Gobierno fuerte y para poder seguir trabajando y mejorando lo que hay que mejorar, sin aventuras raras por parte de nadie.

La única dificultad para entenderse PP y Ciudadanos puede ser Rajoy que no cederá a cargarse el nido de caciques y de enchufados que representan las diputaciones, organismos que están en la diana de Albert Rivera.

Y ahora, el mano a mano entre Rajoy y Pedro Sánchez va a ser un mano a mano descafeinado y con los resultados finales casi decididos cuando llegue ese enfrentamiento. Lo más potable, a estas alturas, sería que ahí se diera entrada, también, a Albert Rivera, pero eso es ya un imposible que ninguna de las dos partes, PP o PSOE querrían.