Tiempo de Ocio Ceuta

No quiero contradecirme a mí mismo, tras haber escrito hace muy pocos días que las promesas electorales son algo así como aquella canción de “Vamos a contar mentiras”, pero con todo, voy a tratar de ver y analizar algo que puede y debe ser una realidad, si es que Albert Rivera forma o ayuda a formar Gobierno.

Particularmente creo que frente a algunos programas en los que abunda mucho la “literatura”, que puede servir para todo y que no tendrá realidad en nada, aquí se proponen realidades, que si se llevan a cabo podrán dar un poco más y si no se llevan a cabo serían otra mentira más.

Por ejemplo, se dice:” Establecimiento de un pacto nacional por una Educación pública de calidad y bilingüe”. Esta no es una frase hueca, aquí hay algo, que desde que comenzó a gobernar el PSOE en 1982 no se ha dado, habiéndose entregado la Educación, a plazos y según a quien, con lo que no es la misma base en Cataluña que en Navalmoral de la Mata. Ciudadanos, aquí, pisa fuerte y sabe lo que hay, posiblemente, al haber vivido en Cataluña una problemática especial, ellos han nacido y han crecido en Cataluña y allí han vivido una realidad que no se ha vivido en Arévalo o en Valdepeñas.

Ellos proponen eso, si ellos gobiernan lo intentarán aplicar, pero lo que dudo mucho es que otros varios, incluidos PP y PSOE se atrevan a dar ese paso.

Otra propuesta clara y llana que se programa desde Ciudadanos es esa de “Eliminar las Diputaciones”. Otro paso serio y muy rentable, porque con la suspensión de esos organismos habrá un ahorro cuyo dinero se podrá añadir para mejorar otros servicios, especialmente en poblaciones pequeñas.

Además, las Diputaciones son el mayor nido de “caciques”, dentro de la Administración, porque es allí donde recalan los que se han dejado ver en la provincia por parte de los que gobiernan y que no sabían como darles una recompensa. Las Diputaciones están sobrando y es que se me pone carne de gallina cuando pienso en los gastos que ha tenido, durante más de 20 años, una Diputación cuyo presidente vivía a 80 kilómetros de la propia Diputación y todos los días, a primera hora de la mañana tenía que ir a recoger al presidente un chófer, con el coche oficial, y por la tarde había que volverle a llevar a casa, con lo que sólo con eso se hacían 320 kilómetros de recorrido diarios y tenía que estar una persona para acompañar al “baranda” de turno.

Pero es más, en esa misma Diputación, voy a omitir el nombre de la Ciudad, durante varios años hubo un vicepresidente que llegó a tal cargo por haber “vendido” su voto y como recompensa se le dio ese cargo, con un salario de unas 500.000 pesetas al mes, cuando en esa época, por ejemplo, un catedrático de Universidad no cobraba 350.000 pesetas. Estamos ante otro ejemplo claro de la inutilidad y del coste de esos organismos que son la base del clientelismo para los grandes partidos y representan un gasto nada despreciable.

Estas dos proposiciones de Ciudadanos no requieren gastos añadidos, todo lo contrario, requieren, únicamente, el quererlo hacer y, de rebote, no se gastaría eso que se viene gastando en las susodichas Diputaciones.

Y si a todo esto se añade eso de que se prohíban los indultos a los corruptos y si se suprimen los aforamientos, tampoco eso cuesta dinero ponerlo en marcha.

Hay más puntos interesantes y que a mí me parecen muy importantes, por cuanto no conllevan gastos al ponerlos en marcha, pero los voy a dejar para otro día, porque tampoco soy yo el que tenga que hacerle la campaña electoral al partido Ciudadanos, ya que hay, en el propio partido quienes la sabrán hacer. Esperemos que sí.