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  • Diario Digital | martes, 07 de mayo de 2024
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El Papa en Lesbos

El Papa en Lesbos

Bergoglio, el hombre que ha puesto patas arriba el estilo de decir sin ni siquiera cambiar una coma, de la riqueza cultural y tradicional de la Iglesia Católica.

Francisco es en el más estricto sentido de la palabra, un Obispo de Roma moderno, un hombre de otro calado en el tiempo en el que vivimos, de hecho esa es la ruta que sigue la política y la burocracia del primer mundo: lo que prima es el gesto antes que el contenido , la venta del hecho antes que la idea misma.

En una organización con tanta quietud y conservadurismo, que este Pontífice diga que él no es quien para juzgar a los homosexuales, o defender el derecho a comulgar de los divorciados que se vuelven a casar por lo civil; parece porque no decirlo, un acto de rebeldía y de un sentido de revolución que asombra al mundo.

El viaje a Lesbos fue un mero acto simbólico, pues apenas duro unas cuantas horas; es escaso para intentar modificar el acuerdo entre la Unión Europea y el País Turco que deportan a miles de refugiados sirios, y menos aun sirve para cambiar el voto católico europeo, pues el voto ya no cambia ni para echar a la manada de corruptos y sinvergüenzas que tenemos en este país.

En la sociedad actual se necesitan voces que prediquen la defensa de los derechos humanos.

El más alto cargo jerárquico de la Iglesia Católica dispone de un altavoz global que defiende a los que no tienen ni voz, ni nombre; Amnistía Internacional le había pedido a Bergoglio que aprovechara la visita, que denunciara el maltrato de los que escapan de la guerra.

El Papa, ya había denunciado el acuerdo de los estatutos de los refugiados que viola leyes tan básicas como la obligación de prestar auxilio a quien lo necesita. Un símbolo más de una Europa de odio que olvida los valores desde la crisis del 2008.

Seduce el discurso de este Papa en un mundo de discursos pedantes y burócratas.

La Iglesia tiene la obligación de la denuncia, desgraciadamente denunciar no puede evitar una y otra vez las injusticias por más que nos cansamos algunos de gritarlas a los cuatro vientos para concienciar a la gente. Pero tenemos que seguir insistiendo, pues aunque solo haya una sola voz que grite, aunque sea solo una voz; esa voz intentara cambiar el mundo.

Hace poco leí una frase de una periodista que cubrió la Guerra Civil Española y el Desembarco de Normandia. “Tiro piedras en un estanque, no sé qué efecto producen en el agua, pero yo al menos tiro piedras”.