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  • Diario Digital | jueves, 02 de mayo de 2024
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El fútbol del pueblo

El fútbol del pueblo

Vivimos en una época en la que el mundo del fútbol pasa por la concepción capitalista de la vida.

El fútbol moderno se trata de la gloria de los que más tienen, ya sea por contratos de televisiones, publicidad de cualquier tipo (aunque mucha de esa publicidad venga de ciertos negocios poco éticos), y la imagen de sus futbolistas.

En contraposición de aquellos clubes como el decano del futbol español que viven en una situación extrema y a punto de la desaparición.

Dentro de este universo lleno de galácticos ostentosos, de contratos millonarios y de mil cosas más que hacen añorar los años 90 y el principio de los 2000, en los que el futbol humilde pegaba sus últimos coletazos; como aquella final de la UEFA que jugó el Alavés ya se borran de nuestra memoria.

Pero hay excepciones dentro de este futbol excéntrico, comercial y capitalista, dentro de este océano se divisan pequeños islotes como el Eibar; el equipo armero está cuajando una espectacular temporada en primera división, rozando incluso los puestos europeos, o en la amada y futbolera Inglaterra donde vemos al modesto Leicester en pos de conseguir su primer título de liga, un equipo que a algunos ha recordado a aquel legendario Nottingham Forrest que maravillo a Europa, ganando el año de su ascenso el título de liga y en los años posteriores dos Copas de Europa, convirtiéndose en el único club del mundo con más títulos continentales que campeonatos domésticos, y que tuvo una historia parecida a la de una montaña rusa; subió, gano y volvió a bajar, perdiéndose en las categorías de plata y bronce del futbol británico.

No me cabe duda de que la historia de este magnifico Leicester City, en donde no hay nombres de primera línea será pasajera , una isla perdida en el océano. Pero vamos a disfrutarla.

El futbol ; el deporte rey, el que más apasionados reúne por los campos de Sudamérica y del viejo continente siempre hace un guiño a los equipos humildes, a los que trabajan día a día para ver sus objetivos cumplidos, “si se cree y se trabaja se puede”, que diría el inconfundible Diego Pablo Simeone; solo me queda decirle al astro balompédico que se fije en esta parte del estrecho, y que un no todavía veinteañero que nunca ha podido celebrar un ascenso con el club de su tierra y de sus mayores, tache de esa lista de sueños el deseo de celebrar algo con el Ceuta.

“Tengo una tontería en el coco: No me gusta tomarme el futbol como un trabajo, si lo hiciera no sería yo ; solo juego para divertirme”, Jorge “Mágico” González