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  • Diario Digital | miércoles, 08 de mayo de 2024
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Como duele España

Volad, alas gloriosas de España

estrellas de un cielo radiante de sol

escribid sobre el viento la hazaña

la gloria infinita de ser español.

Como duele España

Pasado ya el día de la hispanidad y por tanto las mismas polémicas de todos los años y tras haber   escuchado las mismas anormalidades de siempre como la ya tan famosa cita de "el día que descubrimos América, los indios descubrieron la viruela". 

Sigo manteniendo que el gran error del "régimen" constitucional ha sido el abandono de una especie de pedagogía de la españolidad. 

No se puede construir una nación si una parte significativa de sus ciudadanos no cree en ella. A respecto de esto es casi tan grave como esa gran deslealtad de los nacionalismos excluyente resultado de la responsabilidad extremadamente pasiva del estado. Su incuria acomplejada, su apatía para la creación de un sentimiento común acorde al orgullo de una sociedad democrática y de una idea soberana de Estado. 

Ante el fracaso identitario no cabe exclusivamente culpar a los separatistas sin aceptar la evidencia real y concreta de haberles dado alas permitiéndoles elaborar trasversalmente un relato falaz , falso y tendencioso sobre la patria. 

A este gran colapso emocional de los españoles ha contribuido la especie de indolencia de una derecha llena de culpa por un pasado post-franquista, cargado de un abatimiento histórico.

El sedicente progresismo ha rechazado, la idea de lo español como un concepto casposo, rancio, patrañero, heredado del cuento imperial que hace recaer el anatema fascista a cualquier reivindicación común de la ciudadanía más pudiente. 

Al exaltar o comprender el divisionismo y el separatismo ridículo que ridiculizan -valga la redundancia- los símbolos del estado. 

La banal propaganda izquierdista sin fundamento ha desterrado la cierta posibilidad de arraigo a lo español de futuras generaciones. Solo el deporte ha conseguido una mínima identificación pasional. 

En ese marco desestructurado, zarandeado por la crisis política, el encono sectario, el hastío popular y el desafío de ruptura soberanista, la efeméride del 12 de octubre se ha convertido en un festival del agravio.

El caso no es tratar con argumentos propios de una izquierda culta e inteligente, el problema es despreciar lo español que a la vez es lo suyo.  

Como diría Pemán en su composición a la aviación española. 

Volad, alas gloriosas de España

estrellas de un cielo radiante de sol

escribid sobre el viento la hazaña

la gloria infinita de ser español.