Ceuta; La ciudad de los jóvenes
La semana pasada se publicaba un estudio donde se reflejaba que Ceuta era la segunda autonomía con mayor población joven entre los 15 y 29 años, solo superada por Melilla.
Resulta curioso que la segunda autonomía con más jóvenes de España, sea la autonomía con más paro en personas menores de 30 años.
Me gustaría reivindicar desde estas líneas el papel de la juventud, pues la juventud es el futuro, el problema es que en la mayoría de los casos no se confía en ella. Una juventud que es parte de la generación más preparada de nuestra historia, donde muchos de ellos se tienen que ir de su tierra para encontrar trabajo y para formar una vida propia. Una juventud que decide quedarse en su tierra, y se encuentran en puestos de trabajo por debajo de su formación, en la mayoría de casos víctimas de la sobre-preparación patente en el sistema educativo.
Ceuta es una tumba para la juventud, con cada día menos cantidad de actividades de ocio, donde no se comprenden sus preocupaciones, y donde la tasa abrumadora de paro lleva a la desesperación a jóvenes que dependen de sus padres para sobrevivir.
Este problema es causa de la sociedad misma, pues se cree que la juventud son personas que siempre están de fiesta, de cachondeo, y que no respetan nada, y solo piden respeto hacia ellos.
Esto no es así, la mayoría de jóvenes son gente trabajadora que se ha matado para conseguir sus estudios, sacrificando esas noches de fiesta o de diversión (pocos sitios hay donde divertirse en Ceuta), de esta manera gente que como en mayo del 68 se echo a la calle pidiendo sus derechos, y gente que está presente en los últimos movimientos políticos surgidos en este país en el seno de las facultades.
Luego está la desfachatez del Gobierno de la Ciudad que solo escucha a los jóvenes en tiempo de campaña electoral. Señores, los jóvenes somos el futuro, tengámoslo en cuenta, pues somos sus hijos, sus sobrinos y sus nietos.
Y a los jóvenes como yo deciros, no os apalanquéis, seguir formándose, que los libros son la mejor arma contra los opresores que no confían en nosotros y no quieren que sepamos ciertas cosas.
Levantarse, porque o nos levantamos con 20 o con 40 ya estaremos muertos.