Queridos Reyes Magos…soy ‘Javi’…estáis ahí.
Este es el inicio de la carta a los queridos Reyes Magos, como cualquier niño en su más tierna infancia, cargada de ilusión, con la esperanza de por lo menos un día sentirse feliz y mágico. No obstante no la de todos los niños, pues a lo largo de estas fechas he visto y comprobado las necesidades de algunas familias, por no decir de muchas, he aquí la carta de un niño de ocho años llamado Francisco Javier:
Queridos Reyes Magos, ya sé que como otros años no me podéis traer nada, mi Papa está en el paro, no trabaja, lleva parado y sin trabajo cerca de cuatro años, todas las puertas se le cierran, no hay dinero para comprarnos cosas que necesitamos para nuestra casa, mi papa necesita ayuda para que él se sienta útil, y traiga a casa cosas que cubran nuestras necesidades, alimentos, ropa, libretas, libros y pueda pagar nuestros recibos de luz, agua; y que nuestra familia sea como cualquier otra… Hasta aquí más o menos la carta de Javi.
Pues gracias a iniciativas como la Asociación de San Urbano, la Hermandad del Rocío, Coro de San Francisco, Caritas parroquiales y otras muchas asociaciones cívicas y religiosas que llevan, por lo menos, un poco de ilusión a esos pequeños y les hacen llegar algún regalo, ese sueño se perdería y haría a esos pequeños seres duros y aún más maduros a sus tiernas edades. Sin ir más lejos a ese menor llamado Francisco Javier ‘Javi’ como a él le gusta que le llamen.
A ‘Javi’ se le tenía reservado dos juguetes, pero por error, eran para una niña de ocho años y no para un niño de su edad, cuando fue a recoger los obsequios de los Reyes Magos y le dijeron que era para una niña, su carita era un poema, un drama, compungida y aceptando la realidad propia de la vida, se sentía que él no era nada y no se merecía nada, a un peque y con su edad, ya su madurez es sorprendente, obvia a base de golpes encajados.
Algunas personas se pusieron en marcha para que ese menor ‘Javi’ recibiera esos obsequios dispensados por esos “Reyes” que son “Magos”, pero de verdad, mientras quién tienen la responsabilidad de tener que hacer cosas por los más necesitados viven muy bien y al parecer con su conciencia muy tranquila y sin perjuicios de ningún tipo, señores dirigentes de la Ciudad, bájense del pedestal al cual estén subidos y pongan los pies en el suelo, no vivan en su realidad virtual.
