Tiempo de Ocio Ceuta

La aprobación de la Ley 14/1986 General de Sanidad trajo a España la protección social y sentó las bases para uno de los pilares más apreciados del Estado de Bienestar. El concepto de atención integral a la salud, la universalidad en el acceso y la planificación de los centros y servicios sanitarios orientados a la cohesión social y territorial constituyen los grandes paradigmas del Sistema Nacional de Salud.

Sin embargo, la gestión del PP en materia de Sanidad ha estado marcada por el intento de deteriorar, desprestigiar, desmantelar y privatizar la sanidad pública a través de recortes de derechos, servicios y prestaciones, y asfixiando al Sistema Nacional de Salud por la retirada de financiación.

En una sola legislatura, el PP ha llevado a cabo políticas como la ruptura del principio de universalidad del sistema sanitario eliminando el acceso universal como derecho para todas las personas que residan en España; dejar fuera de la asistencia sanitaria a personas inmigrantes en situación administrativa irregular, a españoles y españolas en situación de desempleo que salen de España durante más de 90 días; eliminar definitivamente el Fondo de Cohesión Sanitaria, imprescindible para garantizar la atención a pacientes entre comunidades autónomas; ampliar el copago farmacéutico, que por primera vez afecta a los pensionistas; y subir el IVA a productos sanitarios del 10 al 21% dificultando el acceso de los ciudadanos a dichos artículos y asfixiando aún más a las CCAA, que los adquieren.

El resultado de todo lo anterior es que hay cada vez más desigualdad en el acceso a la salud y se ha causado graves perjuicios a los colectivos de población más vulnerables, como son, por ejemplo las personas mayores, los enfermos crónicos, las personas inmigrantes. En datos, las reformas del PP han supuesto la exclusión de 873.000 personas del sistema sanitario; los Presupuestos de la Administración General del Estado (Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad), destinados al fondo de Cohesión Sanitaria, Estrategias de Salud y Plan de Calidad) en sanidad han disminuido en más del 66%; los copagos han subido tres veces más que las pensiones en estos años; se han perdido 30.000 profesionales en el Sistema Nacional de Salud; un 14,76% de la población no retira medicamentos prescritos por problemas económicos (20% en el caso de los pensionistas y 23% en el de los parados).

A pesar de ello y al mismo tiempo, a lo largo de estos años se han producido muchos cambios en la sociedad española, como los demográficos, y la crisis económica ha evidenciado carencias que obligan a replantearse las bases que han configurado nuestro Sistema de Salud.

La población española tiene una realidad que debemos atender: envejece después de décadas de bajas tasas de natalidad y del aumento de la esperanza de vida, como resultado del éxito social de la mejora de las condiciones de vida y de la eficacia de las políticas sanitarias; una tercera parte tiene, por lo menos, una enfermedad crónica, y el 5% tiene varias enfermedades crónicas; hay cerca de 500.000 personas con demencia senil, etc.

PROPUESTAS

Ante esta dura realidad, el PSOE quiere trabajar por recuperar el carácter público, universal y de calidad del Sistema Nacional de Salud, estableciendo políticas encaminadas a promover la igualdad de oportunidades, preservando las necesidades básicas y evitando las situaciones de riesgo y desprotección.

Algunas de las propuestas específicas para avanzar en la Sanidad en la dirección de un nuevo Estado Social son las siguientes:

- Reconocer como derecho fundamental en la Constitución el derecho a la protección de la salud.

- Asegurar una Sanidad Pública, Universal, Sostenible y de Calidad que tenga garantizada la suficiencia financiera.

- Dotar de una tarjeta sanitaria común para todo el territorio nacional que permita el acceso a la historia sanitaria y la receta electrónica.

- Promover una nueva Ley General de Sanidad que se adapte a los nuevos escenarios económicos y sociales y que evite las desigualdades sociales en salud y proteja el sistema sanitario público, para que no vuelva a estar en peligro.

- Promulgar una ley de muerte digna y de cuidados paliativos.

- Reforzar la gestión pública del sistema. Mantener la titularidad pública de los hospitales y centros de salud y de los servicios sanitarios y clínicos que se prestan en los mismos, sin perjuicio de que el sector privado pueda desarrollar un rol complementario, sometido a controles de transparencia y calidad, así como una evaluación pública.

- Revisar el copago farmacéutico para tener en cuenta criterios de necesidad y cronicidad para evitar que siga siendo una barrera de acceso, en especial para pensionistas, parados y colectivos en situación de riesgo socioeconómico.

- Desarrollar un Plan Integral de Atención a la Infancia y la adolescencia hasta los 14 años de edad.

- Incluir la Atención Temprana Infantil como elemento de la Cartera Básica de Salud.

- Reforzar la salud bucodental infantil y de colectivos vulnerables tanto desde el punto de vista educacional como prestacional.

- Promover la dotación de recursos para la elaboración de un ambicioso Plan de modernización de la atención a la salud mental con perspectiva de género, garantizando que se pueda prestar una atención psicoterapeútica adecuada, reforzar los servicios de salud mental infanto-juvenil y disponer de una red de atención integral multiprofesional.

- Reorientar el modelo de atención en salud, no sólo hacia la cronicidad y el envejecimiento, sino además hacia la promoción de la salud bajo el paradigma de la salud positiva, hacia una medicina predictiva y preventiva.

- Invertir en los profesionales de la Sanidad: formación continuada, calidad asistencial, autonomía de gestión, evaluación y acreditación periódica.

- Invertir en sanidad pública hasta alcanzar el 7% del PIB en 8 años.

- Desarrollar la normativa de salud laboral y crear los dispositivos necesarios para fortalecer las intervenciones preventivas de detección de riesgos laborales y de promoción de la salud en el lugar de trabajo.