La consejería de Sanidad tiene pensado montar desfibriladores -según la nota prensa- en el Palacio de la Asamblea, la Biblioteca, la residencia de mayores Nª Sª de África, el centro de menores Punta Blanca, el Mercado Central de Abastos, y DEA,s en los aparcamientos públicos.
Cada aparato tiene un coste aproximado de 1.600 euros, y de momento la Consejería para seguir con su planificación, va a licitar la adquisición de cinco desfibriladores este año y cinco para el 2017, así como su mantenimiento con cargo al Plan de Salud del año 2016.
Según el Gobierno, hasta la fecha los polideportivos Guillermo Molina y Díaz-Flor, el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales, Estación Marítima, Parque Marítimo del Mediterráneo, Teatro Auditorio del Revellín, la unidad móvil del Área de Coordinación de Emergencias (ARCE)-Protección Civil y el Campus Universitario cuentan con desfibriladores. Tanto el equipo del que dispone ARCE como el del Parque Marítimo son portátiles.
La desfibrilación momentánea es imprescindible en la asistencia a personas con un infarto y demuestra su efectividad en la recuperación del infartado en un 90% cuando la desfibrilación es en el primer minuto de la parada cardiaca. Esta efectividad baja rápidamente por cada minuto que pasa, reduciendo la supervivencia entre un 7% y un 10%, y mínima pasados 10 minutos. Su uso puede ser aplicado a niños mayores de 8 años, pues el equipo incorpora parches pediátricos.